Hoy te miraba en el tren, me sonreías. Parecía esas escenas de películas en que uno observa al otro con ojos de enamorado y en cámara lenta. Ese sonreír tan único y especial que tenes, esos ojos cuando me miras. No puedo explicarte lo que sentí en ese momento en que te miré tan detenidamente. Fueron dos segundos, pero especiales, distintos, en los que sentí muy intensamente que no va a haber persona que me ame tanto como vos, que nadie me va a dar esto que construimos juntos. Me das fuerza para seguir. Esos abrazos con el mayor amor con el que se pueden dar, los recibo yo, y son tuyos. Te Amo. Somos uno, con nuestras bajas y altas. Estoy feliz, y muy orgullosa de que seas mi novio.